Se pudiera esperar que en un mundo raro con algunas palabras todo mejorara y uno se sintiera bien, sin embargo uno sigue vacio y extraño con la vista perdida en un horizonte cada vez más difuso y en espera de la extinción. Confundidos aun entre la asquerosa alegría del futbol y el "con su mismo" día del padre te vimos partir, como los viejos elefantes con esa gran memoria que desarrollaste con las imágenes que formas y las que compartiste, para hacerte polvo y humo, contribuyendo de esa manera, en tu ya tan conocida ubicuidad, a contaminar el smog de esta; Tu ciudad. Circulando vas por el primer cuadro entre las calles cerradas, ahora tan dispuestas a la comitiva que te acompaña; Pasas por la plancha principal, que no ha dejado de ser un atrio, haciendo una mueca frente a los huelguistas de hambre, que piden justicia; Porque sabes bien, porque siempre nos lo has dicho, es difícil pensar con la barriga llena, por esto es, que quien imparte la justicia no piensa. Aquel está sentado a la mesa de un desayunador en la terraza del jardín de la casita donde vive y graznan pavorreales y aves exóticas, dizque herencia de sus abuelos "revolucionarios", esperando que le sirvan el abundante almuerzo de todos los días, mientras piensa que lee un diario aunque realmente lo único que realmente le interesa es la parte del horóscopo. Y sigues al fin tu paso sobre las ruedas a terminar otra historia.
Como te leerán ahora los "intelectuales", como te brotaran de "amigos"... Pero yo sé que tú te ríes igual que yo de ellos y de sus "oscuras intensiones", porque no faltará quien por salir en la foto te dedique horas enteras de conversaciones de alto nivel tratando de penetrar hasta la última letra tus palabras. Habrá quizás quien te tome como estandarte de sus luchas, y te confunda con un emisario celestial que vino a la tierra a mostrarnos el camino... organizando campañas, mítines, portazos, huelgas, marchas o talleres de lectura y debates en mesas redondas, neo liberalitas, proselitistas, organizadas, pero eso si... Bien aburridas.
Y uno desde la banqueta y con la lengua de corbata te ve alejarte y uno se convalece, nos convalecemos, porque "quien nos dará voz?". Nadie llenará ni el traje de madera que llevas puesto, porque nadie escribirá columnas con tan exquisita ironía, porque nadie le dirá "pendejo" al jefe, de una manera tan frontal, estética e hilarante.
Y uno se queda con el hueco, con el corazón inflado, tullido, con el recuerdo, amor perdido; Tú Recuerdo. Ah claro!, y con la urna en un rinconcito del estanquillo. Hoy es tétrico el sarcasmo.
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