Viaje personal
Anoche, tuve reminiscencias de un viejo sueño que me asaltaba una vez mas, en que estaba otra vez atorado de las manos con medio cuerpo inanimado, expulsando de mi boca polvo y basura, entre insectos y blasfemias; un sueño tan viejo que ya casi no recordaba y que tampoco me paso tan claramente nunca como en ese momento. Soñar que se come un muerto no es para nada agradable, una extraña sensación de sed, de desesperación, de llenarse la boca con pinole de tierra, de polvo de muerte. Mientras podía ver al diablo sentado en una tabla de mar se quitaba las pestañas, se pintaba los ojos, luego se enjuagaba las piernas… alrededor le volaban palomas, como si fueran zopilotes o abejas, ya tenía rato en el agua, estaba contento, vino a poner flores en la ventana… me sonríe, me atiende, juguetea, esta contento de tener visitas. Mas adelante se asoma por los tiros de las minas zigzagueando en la calle sonando sus pisadas desiguales – se habrá visto- enamorado, luego se aleja por la ladera cule