Viaje personal

Anoche, tuve reminiscencias de un viejo sueño que me asaltaba una vez mas, en que estaba otra vez atorado de las manos con medio cuerpo inanimado, expulsando de mi boca polvo y basura, entre insectos y blasfemias; un sueño tan viejo que ya casi no recordaba y que tampoco me paso tan claramente nunca como en ese momento.

Soñar que se come un muerto no es para nada agradable, una extraña sensación de sed, de desesperación, de llenarse la boca con pinole de tierra, de polvo de muerte. Mientras podía ver al  diablo sentado en una tabla de mar se quitaba las pestañas, se pintaba los ojos, luego se enjuagaba las piernas… alrededor le volaban palomas, como si fueran zopilotes o abejas, ya tenía rato en el agua, estaba contento, vino a poner flores en la ventana… me sonríe, me atiende, juguetea, esta contento de tener visitas. Mas adelante se asoma por los tiros de las minas zigzagueando en la calle sonando sus pisadas desiguales – se habrá visto- enamorado, luego se aleja por la ladera culebreando hacia el valle a calentarse a buscar el camino de regreso... era un sueño demasiado lucido.

La tarde anterior había hecho ejercicios con espejos y velas tratando de recapitular los pases mágicos, para cruzar al otro lado, obviamente sabia que estaba corriendo el riesgo de echarme encima un ser oscuro o inanimado, y que además de eso, cargarlo durante toda mi vida. Aun así nuca estuve tan seguro de hacerlo como en ese momento.

He pasado los túneles, visitado los panteones, he entrando por puertas que no dan a ningún lado, mantras tantras, ensoñaciones, sentimientos de tribuna, razonables laberintos, crucigramas reactivos, entre yucas, magueyes y biznagas despellejadas, sin mirar al suelo por temor a quedar ciego con su reflejo o con las iluminaciones de la catarsis, o la sublimación de las emociones, pero sobre todo he pintado con graffiti a la entrada de ogarrio, claramente dice:

Real no existe

Sin embargo un día, aquí me supe vivo, naturaleza cósmica del todo inexistente, de la nada inextinguible.

Y es verdad, Real no existe, es un invento que cada día genera historias, se relata en canciones, brota de los tiros, de la carbonera, la leyenda de la cañada, las grutas. Real es la nada y el ombligo, el primero y el último, el desierto que ciega, el viajero, los niños guia, los huapangueros los pulmones hechos y desechos de la densa nata que aun flota en el ambiente, las vías que van a dar alas entrañas de la tierra, que entran en la madre, que desde abajo como las ventanas, muestran la vida y el cosmos.

Real es un puño de tierra, de cualquier tierra por lejana donde todo puede suceder y donde no pasa nada.

Ahora siento el pecho como una gruta habitada por murciélagos, donde el agua se estanca y algo se evapora y perpetuamente se  regenera, pero cae. Siento el pecho lleno de oquedad de un aroma a húmedo extraño, ausencia del corazón que vibra paciente y espera… 

"Para convertirse en hombre de conocimiento hay que ser un guerrero, no un niño llorón. Hay que luchar sin entregarse, sin una queja, sin titubear, hasta que uno vea, y solo entonces puede uno darse cuenta que nada importa"