Espíritu y consumo 2

Existen algunas fechas tan especiales que nadie quiera pasar desapercibidas, una de ellas es la que se presenta a continuación; Cansados de la estupidez del diario, los hombres y las mujeres de este paisaje se sienten benévolos, lúdicos, hilarantes, satisfechos, optimistas, dichosos… Pero acaso solo son sofisticaciones histriónicas de sí mismos, que se dan sus baños de pueblo usando de estropajo al mendigo, al necesitado a la abuelita que cruza la calle o que vende pepitas… por estas fechas los educados a la antigua, vienen con su cruz a cuestas imitando lo que sus padres imitaron y reluciendo su marca fetiche, generalmente, de catódico, apestósico y remono.
Esparciendo y prolongando sus creencias de siglo 16 anteponiendo sus “bulas de perdón” disfrutan de convocar, de esperar a los espíritus del pan y el vino para que lleguen y se postren en sus –por el momento- ostentosas, lujosas, henchidas mesas, dignas de una orgia de esos mismos tiempos, dilapidando la crisis de la crisis echan la casa por todas las ventanas, con todo y ventanas. La gente buena es una historia diferente. Estas fechas me recuerdan al buen Diógenes de Sinope, que decía que le daba un gusto enorme ver cuántas cosas vendían que él no necesitaba, solo por eso hoy sabemos la diferencia entre los discapacitados, los incapacitados, los inválidos y la gente de capacidades diferentes.
Lo mas “divino” de todo esto, a demás de la recreación del mito de la natividad, es ver como la masa, gente, pueblo, advierte su mexicanidad y su “nakes”, como aflora su patriotismo y su “así soy y que!”, como en las avenidas, los tránsitos, las filas del súper, las señales de no estacionarse, el uso de cajones para gente con capacidades diferentes, (donde algunos afirman su incapacidad), demuestran su verdadero espíritu navideño, su niño dios-hombre demonio, como cada vez se aleja más “lo verdaderamente plausible” de “lo estúpidamente aceptado”.
A final de cuentas y sin embargo, debe considerarse todo esto como la voluntad del dios a través de sus “elegidos”, cardenales que no son pájaros pero vuelan bien drogados. Entonces, que pidan mas libertad los yupis, mas alcohol los ninis, mas adulterio sus papases, mas gula sus mamases, mas dinero sus dealers y mas juguetes los obsesos, mas niños y albergues los curitas, mas erario y apatía los diputados, mas pretextos y negligencia las dependencias, mas ineptitud y corrupción la justicia, mas ceguera y retraso la ley, mas pobres y temerarios la mafia, y así pues, todos gozando en las posadas a las desposadas, las posadas de las perras ansiosas del perreo, las pesudas, las pisadas, las poseídas, las pasadas, y por las dudas... Kyrieleison. 

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