Necio

Subsisto aquí con plena intensión de la empatía, para luego irme ladrando dolorido al cielo ácido de lúgubre lunar. Las amantes buenas fueron hechas para el amor y la piedad, tú ni siquiera tienes vocación…

Eres arrebato del amor que afila el colmillo, contienes el virus que me infecta, que habita en cúmulos estimulantes henchidos de penas en que las flores se plantaron en la tristeza, impávidas y ruborosas.

Abandonada como los tremulosos nidos entre hojarasca, dejada de mi, con las arrugas del desamparo.

Es posible que tarde en olvidarte, hasta que las verdades se vuelvan espejos y encuentre espacio en otras camas.

Porque la vida se atreve a seguir entre sus incoherencias y sus mentiras, porque decidió ser vida, con vida propia, por bien propio, sin olvidar tu cara; Se refleja bajo tus ojos, en las orillas, te devuelve la mirada, mientras se lleva tu rubor y mi pubertad al otro lado del baldío.

Mi voz áspera y reseca aun te declara serenatas de alquitrán, envueltas en papel arroz chino con forma de cigarro, y posiblemente pienso en los últimos versos que te escribo; Aunque puedo escribir los versos más grises esta noche, la llenare de color, del único color que he visto y visto.

Todos tenemos derecho a ser olvidados; Ningún muerto se hace bueno, por más bueno que haya sido, a quien le puede importar que regrese a la peste de donde vino?, quién se atreve a morir en lugar de decir: te necesito?

Por decreto social uno se hace viejo y manso y pobre, o la ciencia te declara, “Loco”, sucio, Psico-indigente de filosofía barata, de proyección independiente, de negación consumada, de sublimación poética mas, no tienes vocación de amante…