Por si tiembla...

Hace un tiempo, empezo una secuencia de temblores en varios puntos de la tierra, lo cual hace suponer que no obstante las normas adoptadas y precauciones tomadas para contrarestar los efectos de la regeneración de la tierra, los esfuerzos por evitar todo esto han sido en vano.
Desde luego que es posible pensar que un come cascaras no tiene vela en el entierro, pero que mas da ser intelectual o librepensador, de cualquiera de las formas que se haya vivido sobre la tierra se sigue siendo una pulga y ha llegado la era de que las pulgas de la tierra sean “sacudidas”.
Es muy sabido que las culturas antiguas hicieron hincapie en el final de los ciclos lo cual no necesariamente tiene que ver con los polimeros, la caza de ballenas o la contaminacion por microchips; La tierra en sí es un ente que cambia y por lo tanto no se puede negar que este cambio sea visible y evidente. Sea cual sea la razón ideologica para determinar el nombre de este acontecimiento es un hecho que nos ha tocado vivir los cambios mas bruscos de la tierra. Esto aun no tiene que ver con la guerra nuclear, programada o pospuesta para el dia del armagedon. Es simple como ir a al playa y bañarse en aceite, o comer una manzana insipida a pesar de haber sodo bien fertilizada. Asi que por si tiembla y y pensando en que este edificio donde estoy ahora, tan solo por la edad, puede caerse, dejenme decir que sigo pensando que la inteligencia humana, su desarrollo y su avance en todos los ámbitos solo es comparable con el tamaño de su propia esestupidez.
por lo tanto propongo que la ciencia deje su arrogancia a un lado y se permita entrar en los terrenos del misterio. La energía de la tierra que mueve las bolsas de valores del mundo no tiene nada que ver con el eje terrestre y sin embargo su caida puede exterminar cualquier tamaño de población. Y como no sabemos por donde va a llegar el chingadazo, por si tiembla hay que permanecer vivos en las calles. No como un acto de paranoia, me refiero por ejemplo a conocer un parque, visitar un museo, brincar en una fuente, tocar el suelo con los pies, sentir el aire o el smog y si es posible ver las estrellas, no sea que en una de esas largas tardes de trabajo, nos alcance el efecto domino sin haber vivido un rato.